REFLEXIONES 1a. Parte
«La mente tiene su papel en
el desarrollo de los hombres, pero este papel es limitado y sólo puede conducir
a un cierto nivel. Más allá de él comienza otro nuevo.»
Las armas más fuertes de la
mente: la curiosidad y la pasión de investigar cosas transitorias, ya no
encuentran en mí apoyo tan fácil como antaño. Se encuentran ahora con la
crítica, nacida de una firme convicción, de que dicha búsqueda no conduce a
ningún lado, que es sólo un círculo vicioso.
Esta reflexión basta para
restablecer la paz interior.
Sé que nada puede arrastrarme
de vuelta a los anteriores desvíos, tanto si permanezco en un lugar silencioso
o en el medio de la vorágine de la vida actual.
Esta percepción trae consigo
una increíble y abrumadora oleada de gozo, un chorro de beatitud que va más
allá de todas las palabras. Recuerda en algún modo el sentimiento de una vida
omniabarcante que nunca podrá extinguirse.
No he advertido cómo y cuándo
me liberé del pensamiento y la creencia en la existencia de la muerte, no a
través del razonamiento, sino a través de la vivencia inmediata.
Sólo ahora parezco recordar
que en mi subconsciencia hubo intentos definidos y repetidos de imaginarme
enfrentado a la muerte, abandonando mi personalidad, y observando qué quedaba
entonces de mí mismo.
Estos ejercicios casi
inconscientes han demostrado que cuando me deshago del apego instintivo a la
forma, al nombre y condiciones de la vida terrestre, cuando me percato plenamente
de que la cosa que tiene «mi nombre y apariencia» en este mundo condicionado es
sólo un sueño, entonces «algo» queda, independiente y autosuficiente.
La prontitud para abandonar
el "Yo soy así" en cualquier momento es la puerta que abre el camino hacia
lo infinito. No he advertido que en casi todas las circunstancias, tanto en los
sucesos y experiencias felices como en los dolorosos, en el fondo de mi mente
existe ahora siempre un pensamiento oculto:
“Todo esto no tiene
significado real.”
En qué misterioso modo las
radiantes vibraciones de la supra conciencia de DIOS han estado penetrando en
los más oscuros rincones de mi mente, tan limitada, tan estrecha y llena de
sombras, no lo sabía, ni vi razón alguna para tratar de investigarlo.
Comprendí bien, no por medio
de la mente sino con todo mi corazón, las gozosas palabras de un gran poeta y
místico de la India ,
Kabir, quien, a las preguntas de sus alumnos:
«¿cómo es que conoces los
misterios de la vida espiritual?», y «¿qué es lo que puede conocerse acerca del
objetivo y destino del hombre?»,
respondió en arrebato
extático:
«La verdad existe tanto si la
conocemos como si no, igual que el Sol, que siempre brilla, tanto si un ciego
lo ve como si no.
No importa si yo «conozco»
los hechos sobre los que me preguntáis, pues Él sabe, ÉL SABE.»
El dolor que sentía hace
algún tiempo ante el pensamiento mismo de separarme de mi Maestro, ha
desaparecido ahora. Algunas de sus palabras me llegan de modo extraño, como
respuestas vivientes, no venidas de fuera como si procediesen de otro hombre,
sino de dentro, de las profundidades de mi propio ser. Acabo de usar ahora una
expresión errónea, pues ¿puede uno decir que hayan «otros hombres»?
Inmediatamente me llegó una corrección, que capté y comprendí. ¿Cómo expresar mi
infinita gratitud por la inmensidad de benevolencia y ayuda que se me están
dando?
Y una vez más el Maestro me
dice sin palabras y sin voz: «¿Por qué tienes este pensamiento? ¿Esperan los
padres terrestres la gratitud de sus niños por su amor y protección?»
El mundo no conoce los lazos
ocultos existentes entre las chispas de conciencia que en el plano físico toman
formas humanas. El mundo puede incluso reírse de cosas que están más allá de su
capacidad de comprensión, al no estar contenidas en la esfera de tres
dimensiones donde existen el peso y la medida.
Hace algunos años mi reacción
habría sido de rebelión interna y de crítica.
Hoy es de silencio.
Este silencio me dice que en
todo compañero de aquí abajo habita, el Maestro, y que debería verle en los ojos
de todos.
¿Dónde quedan todas las
«diferencias» cuando se vive en la tierra de la realidad?
A menudo la gente es incapaz
de deshacerse de viejos prejuicios, teorías o creencias aceptadas, y cuando
vienen a conocer nuestra práctica espiritual Yánshèng Dào 言圣道, tratan de darle
un nombre, ellos preguntan: ¿Hacen algún tipo de meditación?, ¿O de
respiración?, ¿Qué opinán de Yoga o del Reiki?, Otros dicen: “Un uruguayo
enseña? Si fuera chino o indio o taiwanés le creería”, viéndola por tanto a
través de sus propios vidrios internos coloreados, y etiquetándolo con algún
término bien conocido que se acomode a sus propias ideas, que son el producto
de su ignorancia espiritual.
Su modo de razonar viene a
ser más o menos el siguiente: «Sí, indudablemente enseñan muchas verdades, pero
ya la han enseñado los más grandes Maestros espirituales del mundo: Buda y
Cristo. Ciertamente que han sido bien

A esta gente me gustaría
recordarles:
«¿No fue por vosotros que
,Cristo dijo:
«teniendo ojos no veis, y
teniendo oídos no oís»?.
Si dicha gente hubiera vivido
hace dos mil años y hubiese visto al Gran Instructor cuya autoridad ahora
citan, conducido por la calle a una muerte aparentemente ignominiosa y
terrible, habrían gritado brutalmente entre la multitud:
«Si eres el Hijo de Dios,
baja de la Cruz »
y de ellos Él dijo:
«...buscan un signo, y no se
les dará signo alguno.»
******* o *******
Reflexiones Yánshèng Dào 言圣道
Práctica Espiritual 2a. parte
Cuando vivía con mi Maestro,
en algunas noches, cuando la luna vierte su luz sobre los silenciosos pasillos
del Centro Espiritual, entrando cuasi atrevidamente por los grandes ventanales.
Camino desde mi habitación, y me siento tranquilamente sobre la limpia y bien
barrida terraza. Las inmóviles figuras de algunos Santos que hay en el comedor,
y un pequeño estanque artificial, me siento mirando el reflejo de la Luna en sus aguas calmas ante
mí.
Encuentro que este lugar es
armonioso para la reflexión profunda (Técnicas 心 沉思 Xīn Chénsī), que
practicamos en Yánshèng Dào 言圣道.
Quizás saber que mi Maestro
está a sólo unos pocos metros añade solemnidad a mis pensamientos. Entre las
muchas cosas aprendidas a sus pies hay una de abrumadora importancia, la cual
deseo compartir hoy aquí con ustedes.
Una de las tareas más
difíciles a las que me enfrento durante mi práctica espiritual es la necesidad
de hallar una clara definición de mi concepción de la vida como tal.
Esta concepción debe ser
final y absoluta, puesto que ninguna otra sería aceptable para mi vivencia de
mi “yo Real”. Ya que mi vida ahora gira alrededor del cual todo da vueltas en
la conciencia que es mi “Ser Verdadero” o la certeza de saber que “yo soy ÉL”.
De los cientos de
definiciones que he encontrado, ni una sola pareció dar una perfecta síntesis.
Las que son condicionadas
deben catalogarse como falsas. Las que usan una terminología demasiado
abstracta y son imposibles de poner en práctica, me parecen meras acrobacias
mentales, buenas para profesores retirados de filosofía teórica pero no para un
hombre que busca el logro espiritual.
No obstante, sé que debe
existir una que apele a las profundidades de mi Yo Real y que no provoque ni
dudas ni críticas, pues ya se hallará en sintonía con mi propia experiencia
interna.
Todos los que han realizado
la vida de la verdad, hablan de Ella con el mayor entusiasmo como la meta
única, por cuya consecución debería sacrificarse todo, pues todo lo demás es
una ilusión.
Sin embargo sus palabras
parecen bellos y encantadores sonidos procedentes de un instrumento
desconocido.
En mi búsqueda he de rechazar
todo lo que es condicionado, limitado por el nombre y la forma. Lo que quede
sin forma ni velos debe necesariamente ser la vida misma.
El proceso de investigación
(principalmente a través de la reflexión activa, usando las Técnicas de 心 沉思
Xīn Chénsī) me ha demostrado que cuanto más rechazo la idea de la realidad de
lo visible, más cerca me siento de mi meta.
¿Cuáles son en la práctica
las etapas de este proceso?
Por supuesto que es imposible
describirlas con detalle, pero las líneas generales son bastantes simples. Al
comenzar a meditar en una completa paz y con frialdad en relación a los objetos
externos a mi Ser, me parece a menudo que capto la verdad de que no significan
nada para el “Yo Real”.
En este momento amanece una
especie de visión de la posibilidad de la existencia independientemente de
todas las condiciones. Esta “Vivencia”dura un tiempo más o menos largo,
dependiendo del grado de ensimismamiento alcanzado, pero sus resultados
permanecen como la memoria de algo duradero y cierto más allá de toda duda.
Encuentra expresión en el pensamiento de que «sólo la conciencia es vida».
Conciencia no apegada a nada, independiente de todo, la afirmación desnuda de
que “yo soy ÉL”.
Pero este «yo» no es el
pequeño ser contenido en la transitoria forma corporal con sus
sentidos, que es en verdad la
antítesis del Ser Real.
Esta conciencia del No – Yo
está más próxima a un término usado a menudo en la filosofía China de “Vacío
Creador” o también podríamos llamarlo certeramente nuestra Conciencia Búdica o
Conciencia Crística.:
San Lucas 17:20
“Los fariseos le preguntaron
cuándo llegaría el Reino de Dios.
Él les respondió:
"El
Reino de Dios no viene visiblemente,
y no se podrá decir:
"Está aquí" o "Está allí".
Porque el Reino de Dios está
entre ustedes"
Esta conciencia es asimismo
una Bendición, és La Gracia
de las Gracias.
«Por lo tanto, la Mente es la causa de la
esclavitud del individuo, y también de su liberación. La mente, cuando está
atrapada por la
Emocionalidad , es la causa de la esclavitud; y de la
liberación cuando es pura, carente de pasión e ignorancia.»
Santo Shankara
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