viernes, 15 de julio de 2016

Historia copiada del libro “Registro de Protección de Vida”

Historia copiada del libro “Registro de Protección de Vida” (“Record of Protecting Life"):

Cuando un erudito llamado Chou Fu estaba cocinando un poco de anguila para comer, notó que una de ellas estaba doblándose sobre su cuerpo de tal forma que su cabeza y su cola se encontraban aún en el líquido en pleno hervor, pero su cuerpo se movía hacia arriba fuera de la sopa. No se cayó completamente hasta que murió.
A Chou Fu le pareció extraño, sacó la anguila y la cortó.
Descubrió miles de huevos dentro. La anguila había arqueado su tripa fuera de la sopa caliente con la intención de proteger a su prole.
Lloró a la vista de aquello y juró que nunca más volvería a comer anguila.
Esta historia nos dice que la multitud de criaturas vivientes no están exentas de sentimientos e inteligencia.

Otra historia está sacada del sutra budista:

Un rey del cielo fue empatado en una batalla contra un demonio; ninguno quedó como vencedor. Mientras el rey de los cielos guiaba a sus soldados en retirada, vio un nido de un pájaro de alas de oro en un árbol al borde de la carretera. "Si los soldados y los carros pasan por aquí, los huevos seguramente caerán al suelo y serán dispersados", pensó. Así que llevó a sus miles de carros de vuelta por el mismo camino por donde habían venido. Cuando el demonio vio al rey de los cielos retornar, huyó aterrorizado.
La conclusión del sutra era que "si usas la compasión para buscar la salvación, el señor del cielo lo verá." Esta historia nos trasmite que la compasión no tiene por qué parecer mucho a primera vista, pero de hecho es extremadamente poderosa. Los sutras budistas frecuentemente mencionan "el poder de la compasión," de esto sabemos que la compasión es de hecho una fuerza potente. Si un budista quiere aprender cómo usar este poder de la compasión, debe ser como el rey de los cielos en esta historia y estar preparado para cambiar la ruta de miles de carros antes que dejar que un nido lleno de huevos caiga al suelo.

El sutra Surangama nos dice que

"Si comemos la carne de criaturas vivas, estamos destruyendo las semillas de la Compasión".

San Jerónimo dijo:

El placer por la carne era desconocido hasta el diluvio universal; pero desde el diluvio se nos han embutido las fibras y los jugos pestilentes de la carne animal… Jesucristo que apareció cuando se cumplió el tiempo, volvió a unir el final con el principio, de manera que ya no nos está permitido comer más carne (...) Y por eso os digo, si queréis ser perfectos, entonces es conveniente no comer carne.”
 (Adversus Jovinianum 1,18 y 2,6)

Es decir, si no comemos la carne de criaturas vivientes, estamos
cultivando e irrigando las semillas de la compasión, y "cultivando un corazón compasivo" escojo ser vegetariano; y esto es mi mayor razón para hacerlo.
En las enseñanzas budistas se ha escrito volumen tras volumen considerando causa y consecuencia, pero el concepto básico es uno muy simple: “Lo bueno se premia con lo bueno; lo malo se premia con lo malo; y la recompensa de lo bueno y lo malo es sólo cuestión de tiempo.” Visto desde este punto de vista, tendremos que pagar cada pieza de carne que hayamos comido por otra pieza de carne, y con una vida por cada vida de otra criatura que tomemos. Visto a largo plazo, comer carne es una posibilidad extremadamente espantosa. Antes de su muerte, las criaturas vivas no experimentan felicidad y miedo, sino enfado; no hay queja, sino odio y resentimiento. ¿Y quién recibe el “premio” por tomar estas vidas?

Sería difícil intentar probar la existencia de este concepto de causa y consecuencia, y puede sonar incluso un poco improbable. Sin embargo, en términos de esta vida, las consecuencias negativas de comer carne incluyen arteriosclerosis, enfermedades del corazón, presión sanguínea alta, encefalemia, paro cardíaco, cálculos biliares, cirrosis de hígado y cáncer. En todas estas enfermedades, un vínculo se ha establecido con la grasa animal y el colesterol. Así que las consecuencias de comer carne son de hecho inmediatas y de una clara visión. Pero incluso si pudieras seguir viviendo día a día con carne, las otras ventajas de ser vegetariano - promoción de una buena salud y ser libre de preocupaciones sobre futuras consecuencias negativas - para mí justifican completamente la decisión de ser vegetariano y constituyen mi segunda razón para hacerlo.

Mi tercera razón es la de “purificar el cuerpo y la mente”. Esta puede parecer que escapa de la explicación lógica. Un médico vegetariano americano lo resumió muy bien cuando dijo que “está bien no tener que preocuparse sobre las condiciones en las que tu comida ha muerto." Este punto señala que los animales no siempre están sanos y que antes de la muerte ellos secretan sustancias tóxicas. Cuando comemos carne de animales, también ingerimos microorganismos y toxinas que conllevan enfermedades.


De acuerdo con la Enciclopedia Británica, nuestros cuerpos contienen ácido úrico y otros productos tóxicos de desecho que aparecen en nuestra sangre y tejidos corporales. Comparando el 65% del contenido húmedo impuro de la ternera, la proteína obtenida de los frutos secos, las legumbres y otros vegetales es marcadamente más pura. La comida vegetariana es de hecho mucho más limpia que la carne, y también retiene su frescura mejor que ésta. La comida vegetariana es en cualquier caso más limpia y pura que la carne con valor nutricional comparable. Sabemos que la carne se estropea con facilidad, y el pescado y el marisco comienzan a pudrirse tras dejarse al aire durante sólo media hora. La carne y sus productos comienzan a decaer después de una hora. Las verduras, por el contrario, pueden normalmente mantenerse de tres a cinco días. Aunque las legumbres se vuelven rancias relativamente rápido, el deterioro es muy fácil de detectar y de reconocer.
Un problema con las verduras hoy en día es que están contaminadas con pesticidas; pero incluso así son aún mucho más limpias que la carne. Una persona que habitualmente ingiere alimentos puros mantiene su cuerpo y su mente en un estado puro; esto es lógico y está más allá de todo argumento.
Otra cuestión sobre la que los vegetarianos preguntan frecuentemente es, "¿por qué no puedes comer cebolleta, cebollinos, cebollas y ajo?" Esto se relaciona de nuevo con la pureza.

El Sutra Surangama dice:

"Todas las criaturas vivas buscan los 'tres tipos de sabiduría,' y deberían abstenerse de comer los 'cinco picantes.' Estas cinco comidas acres crean lujuria cuando se comen cocinadas, y cólera cuando se comen crudas."

Sigue diciendo que:

"incluso si alguien puede recitar los doce sutras de memoria, los dioses de los diez cielos le desdeñan si come alimentos picantes en esta vida por su fuerte olor y suciedad, y les distanciará de él."

Esto significa que los alimentos picantes levantan lujuria y le dan a uno un temperamento explosivo y un cuerpo con mal olor. Estos alimentos son impuros, y si el cuerpo y la mente de una persona no son limpios, ¿cómo puede tener éxito en su purificación a través del budismo? Por esto hay incluso otro sutra que dice: "Aquel que tenga sangre y carne será rechazado por los dioses y no aceptado por los santos; todo en el cielo se distancia del que come carne; su aliento está siempre nauseabundo… la carne no es una buena cosa, no es pura, nace del mal y estropea en mérito y virtud; ¡se le rechaza por todos los dioses y santos!"
En años recientes he pasado mucho tiempo pensando sobre lo que como; de hecho no tengo muchas grandes perspicacias sobre el vegetarianismo. Sin embargo, las tres razones que ya he declarado son suficientes para hacerme sentir seguro sobre mi elección. Asuntos como si la dieta vegetariana es más nutritiva, si existe un gran mérito en seguir una dieta vegetariana, si puede promover la paz mundial, etc., son todos secundarios.

En lo que creo fuertemente es que si una persona quiere ser feliz en la forma de vida budista y entrar en la compasión y conocimiento de Buda, debe empezar en la mesa del comedor. Hay un promotor del vegetarianismo británico llamado Dr. Walsh quien dijo una vez que "para prevenir la derramamiento de sangre humano uno debe empezar en la mesa del comedor." Volviendo hoy la cabeza a Taiwán, un banquete toma miles de vidas; vestirse requiere visones y seda tejida por gusanos; los zapatos están hechos de piel de cocodrilo y cuero; lujuria y lujo son llevados a los extremos. Comenzar nuestra
iluminación de compasión y causa de consecuencias en la mesa del comedor en este tipo de ambiente es quizás más que un poco difícil. Las posibilidades para una paz y prosperidad a largo plazo aquí son efectivamente causa de preocupación.


Génesis 9:4 
Sólo dejarán de comer la carne con su alma,
es decir, con su sangre,
y yo les prometo reclamar su propia sangre:
La reclamaré a todo animal y al hombre: 
a todos y a cada uno reclamaré el alma humana.

Isaias 1:11 

"¿Qué me importa la multitud de sus sacrificios? dice el Señor.

Estoy harto de holocaustos de carneros y de la grasa de animales cebados;
no quiero más sangre de toros, corderos y chivos."

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